NO PODÍA SER OTRA, ES IMPOSIBLE QUE HUBIERA DOS
Al llegar la madrugada y la
lluvia dejar de caer, fue cuando la vi por primera vez. Al pronto supe que era
ella, me di cuenta en seguida, no podía ser otra, sería imposible que hubiera dos. A esa hora, caían las últimas gotas del
saledizo del porche, brillando en la luna escondida entre
su pelo de noche.
Le dije algo que muy bien no
recuerdo porque me miró como le mira el amor al olvido cuando se va. De pronto noté que yo había regresado sin haberme nunca
marchado. Tal era su bondad, tal su belleza, tal su sonrisa. No podía ser otra,
me di cuenta en seguida.
A lo largo de mi vida he sido
atacado, incluso una vez disparado y otras seducido, hipnotizado y comercializado aunque no fue por ese orden. También me tomaron por
tonto por haber callado... pero sin jamás haber otorgado, por eso quisiera que me
tratases con cuidado.
Estoy tan cansado ¿sabes? pero de estar
solo aunque, no temas, porque después de haberlo dado prácticamente todo, aún me queda mi mejor amor para dar, por eso quisiera que tampoco te fueras de mi lado.
Ven, acércate, junta tu cuerpo al mío y soñemos un poco juntos. Y
es que llegaron esos apacibles días en que ya no me perturba el aroma del éxito ni
sé a qué saben o sabrán los desamores. Me di cuenta en seguida, no podías ser
otra, eras tú, por eso... no te vayas de mi lado que tendré contigo el mejor de los cuidados.
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