ELLA
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Ella es tan desconocida para mí que, por mucho que llegara a conocerla, jamás me libraría de esa sensación de considerar enemigo a quien pudIera hacerla sufrir.
Ella es tan desconocida para mí que por mucho que llegara a conocerla, se nos perdió demasiado tiempo de citas y esperas, de ajustados abrazos de cualquier manera, y de besos robados, bajo un paraguas, por las mojadas aceras.
Ella es tan desconocida para mí que por mucho que llegara a conocerla, extrañaría esos ojos que perdieron el encanto de la inocencia de aquellos años, o ese timbre de voz que nunca llegué a escuchar, o de esa pequeña mano que una noche imaginé, abierta sobre la arena, conteniendo una preciosa estrella que parecía gemela de ella.
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