NAVEGANDO
.
Atardecía cuando me invitó a dar una vuelta en su barquito.
- Pero, mujer, si yo no sé nada de navegar ni de marinería...
- Eso no importa, tú déjate llevar - me dijo - confía en mí, verás como hasta los colores te parecerán de otro confín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario