martes, 24 de septiembre de 2019

NAVEGANDO
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Atardecía cuando me invitó a dar una vuelta en su barquito.
- Pero, mujer, si yo no sé nada de navegar ni de marinería...
- Eso no importa, tú déjate llevar - me dijo - confía en mí, verás como hasta los colores te parecerán de otro confín.

Y me parecieron, y me dijo cosas que no imaginé que me diría, ni tampoco que jamás olvidaría. 
                          

Recuerdo que la mar estaba preciosa y nos cruzamos también con otras embarcaciones. La brisa entre fresca y salada, y sus ojos me miraron quietos cuando el sol se desmayaba.



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