domingo, 10 de abril de 2016

ESTA MAÑANA HIZO UN POCO DE VIENTO

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Esta mañana, nada más levantarme, me metí en la ducha y, tras desayunar, me he sentado en uno de esos bancos de madera que hay en el Bulevar de las Palabras Olvidadas.

Estaba tan a gusto que me puse a ver flâneriar a la gente pero, por lo visto, a pocos les dio hoy por vagar, por pasear. Quizás porque al levantarse algo de viento, igual temieron quedarse sin paraguas, bolso, pañuelo, pulseras o quién sabe si hasta sin sombrero.

De pronto ha sonado una música. Era una melodía sencilla, pegadiza y muy bonita. Creo recordar que pertenecía a una película de Jacques Tati. Era una peli algo disparatada pero que se veía bastante bien. El título era Mon oncle. Creo que se escribe así, y es que desde que me dejó la Hardy, perdí todo el interés por el francés. Quiero decir... ¡Entiéndaseme, por favor!

Bueno, pues como decía, con imaginación, qué bello llega a ser cualquier cosa ¿verdad? Una felicitación, una frase, una cita y hasta una llamada por teléfono. Como también ocurre viendo y observando estas sencillas imágenes si se les saca su poquito de punta.

A veces es necesario abrir una puerta para que entre la brisa y nos trastoque los recuerdos y esos olvidos que permanecen dormidos.

El pañuelo corre veloz entre los soportales buscando su libertad como un águila multicolor ¿Y qué me dicen de la belleza que surge al deshojar el mango las flores para precipitarlas sobre el charquito de agua? Bonita también la danza del pañuelo y el paraguas alrededor de la farola. 

¡Pobre tortuga! lenta y encima le han colocado un parabrisas opaco. Pero al final, llegar... claro que llegó.




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