lunes, 11 de julio de 2016


COSAS QUE SE ME OCURREN Y A VECES GUARDO


1.- Nunca le niegues a un hombre el derecho a ponerse tierno - le dijo una vez, aún no se sabe quién... a una sorda.

2.- Una noche de larga charla pausada, en la que mi amante y yo nos sincerábamos, ella me aseguró que jamás me había engañado con nadie.

- Pues no sabes el peso que me quitas de encima pues yo creía que...
- Además – me cortó rápida – te juro que de ahora en adelante no volveré a hacerlo.

3.- De verdad, de verdad te lo digo que no estoy segura si anoche llegamos a besarnos.

- ¿Pero cómo puedes dudar de eso, mujer?
- Ay, hijo, es que estaba todo tan oscuro...                  

4.- Desde luego tienes mucha razón que aquella anoche fue inolvidable pero... ¿quieres creer que ahora mismo no caigo de qué noche me hablas?

5.- Había llegado a la ciudad por la noche. Al día siguiente se levantó muy temprano y, siguiendo al dedillo las recomendaciones de una amiga, ocupó la mañana en visitar una ermita del siglo XIII, unos frescos de una pequeña colegiata que había por el centro, y finalmente un recoleto museo de cerámica.

Al atardecer, cruzado de piernas, se sentó a ver pasar la gente desde la terraza de un agradable Café, y fue a partir de entonces cuando empezó a pasárselo bien.

6.- Lo mejor de besarse en un cómodo sofá de esos de cuero, es acabar luego, rodando los dos por el suelo.

7.- Entrada la madrugada, a la vera del mar en un día de verano, sintió de pronto su cuerpo agradablemente relajado. Fue al escuchar su risa envuelta en papel de regalo.

Desde luego es que hay algunos que tienen una suerte...

8.- Lo más triste de aspirar tanto a ir al cielo, es que tus mejores amigos no se encuentren allí luego.




9.- Él siempre pensó sentarse en sus pestañas a horcajadas, para extasiarse con sus ojos así hasta la madrugada.

10.- Sigo queriendo tanto a aquel amigo de mi infancia, que no dejo de tenerle presente en mis oraciones. Y eso que yo nunca rezo.

11.- No es por presumir pero ¡qué precioso tengo hoy el ombligo! ¡Pero si cada vez lo tengo más redondito!

Y entonces, cuando más absorto aquel muchacho se lo miraba, llegó un tipo y le birló la novia. Pero no contento con eso,  volvió después y se llevó las pelusillas.

12.- No suele saberse muy bien qué cobardía es la mayor: Si la de plegarse siempre ante los fuertes, o la de por una sola una vez en la vida, envalentonarse con un débil. Yo desde luego no tengo dudas ¿y tú...?

13.- Nunca me sentí mejor que aquella vez en que, haciendo muy feliz a un amigo, ni él ni nadie se enteraron nunca de que fui yo el causante de aquella felicidad.

14.- Señor... si me lo permite, voy a matar al hombre que pervierte a su mujer hasta hacerla gozar como una perra.
- Te lo agradezco mucho, mi fiel Alberto, sabes que para eso, yo nunca tuve redaños.

Y el fidelísimo Alberto, lleno de pesares y remordimientos, entró en su habitación, cogió una pistola y se pegó un tiro.

15.- Siempre me molestó bastante ese aire de superioridad con que suelen tratarnos los franceses. Es que llegaron a compararnos hasta... ¡con los portugueses! ¿Pero qué les hemos hecho nosotros para que nos comparen nada menos que con los portugueses?

- ¡Ostrassssss...!

16.- Aquella noche me encontraba tan bien y tan receptivo, que me hubiera dejado besar en la boca a poco que ella se hubiese atrevido.




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