lunes, 11 de julio de 2016



NI MUCHO MENOS SOY EL MEJOR

A veces, cuando caminaba yendo de su barrio al de ella, aquel muchacho se preguntaba si era merecedor del cariño que su amada le demostraba. Por eso, sin recibir nada a cambio, él siempre pensó si fuera necesario, dar hasta la vida por dormir una noche en sus brazos.

Recordaba que una vez ella le dijo que no había soledad más bonita que la que se vive juntos, aunque en ese momento no se estuviera.




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