domingo, 1 de noviembre de 2015



CONVERSACIÓN ENTRE DOS AMIGOS

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- Oye, Albert.
- Dime, Rabindra.
- ¿Tú eres de ciencias o de letras?
- ¿A ti qué te parece?
- Hombre, lo digo por esos pelos que llevas de loca...
- Pues anda que tú ¡Mira el indio por donde nos sale ahora, con esa barba que te has dejado que pareces un auténtico chivo!
- Es que yo no soy de ciencias.
- ¡Naturalmente! Ni aunque quisieras, Para ser de ciencias hay que tener un puntito.



- Pues tú debes tenerlo muy chico porque ni se te ve. Además ¿no me jodas que por esa mierdecilla de fórmula, E=mc², te dieron el Nobel?
- Pues no, el Nobel de Física me lo dieron por una cosa que se llama el Efecto Fotoeléctrico, so espabilao.
- Ya decía yo...
- Ya decías tú, no. Lo que pasa es que el que tenía que calibrar mi Teoría de la Relatividad, no entendía ni flores de lo que yo en ella decía. Aunque lo tuyo... lo tuyo sí que tiene delito, vamos, darte el Nobel de Literatura por semejante cosa.



- ¿A qué te refieres, si puede saberse? Listo, que eres un listo...
- Pues a la mariconada esa de que... Si lloras. las lágrimas no te dejarán ver las estrellas ¿Pero se puede ser más cursi!
- ¡Ay, señor, señor! ¿Pero cómo le voy a a hablar de sensibilidad a alguien que lo más tierno que ha visto en su vida es un desfile de la Wehrmacht?
- ¿Que yo he visto un desfile de la Wehrmacht? ¡Una leche!
- Pues para mí, un cortadito, porfa.

Y aquellos dos amigos, aquellas dos cabezas pensantes, tan buenas como para llevar tablas al horno, se fueron bulevar abajo, asidos del brazo y disfrutando de su conversación y de la buena tarde que hacía.




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