sábado, 19 de marzo de 2016

CANCIÓN DE MADRUGADA

.
Tras un café y un cigarrillo entre los dedos, comenzaba el día como todos los demás y, también como siempre, la primera cosa que hacía hasta que de nuevo le venciera el sueño, era extrañarla.

Todo eso aunque se siguiera dando cuenta de que los corazones que se rompen difícilmente podrán ya arreglarse. Recuerdos que nunca se irán y lágrimas que, por mucho que se intente, jamás se secarán. Pero también una cosa y a su pesar muy clara él tenía, que el amor por ella jamás se moriría.






No hay comentarios:

Publicar un comentario