CANCIÓN DE MADRUGADA
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Fue una noche en la que, sin saber el motivo, se encontraba especialmente solo escuchando una canción. Más o menos decía...
¡Desearía tanto que estuvieras aquí... ! Pero no porque
distingas el infierno del paraíso, los cielos azules del dolor, los verdes
campos del frío del acero o la suave sonrisa tras un tupido velo.
Entonces se dio cuenta de que eso a él igual le daba.
Porque lo que sí desearía - se dijo - es que estuvieras aquí conmigo porque tú, más que
nadie, sabes lo que aprecio la diferencia que hay entre ti y el más bonito de
los valles, entre los de cualquier mujer y tus andares, y entre el rojo color
de las cerezas y lo preciosa que te pones hasta cuando te desperezas.
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