jueves, 12 de septiembre de 2019

PAGAR POR ADELANTADO


Aquella noche le dije que ansiaba, más que nada, seguir oyendo su risa hasta que llegara el alba.

Incluso que estaba dispuesto a pagar, si hiciera falta, dos docenas de besos y un par de caricias prolongadas.

Entonces ella me dijo con no poca delicadeza pero también con mucho tino y cuidado, que le pagara por adelantado.







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