domingo, 15 de septiembre de 2019

RUSALKA, ÓPERA DE ANTONIN DVORAK



Resulta que Rusalka era la menor de cuatro ninfas. Pues bien, un día, en que se enamoró de un príncipe que iba por la laguna a cazar, le dijo a su padre que quería ser humana para casarse con él.


Entonces el padre, que era muy leído, con tan buen criterio le dijo que fuera a visitar a una bruja, pero no por el seguro sino de pago. Entonces la bruja le dijo que si se hacía humana, perdería la voz. Pero ella estaba tan prendadita que no le importó, y además - le siguió hablando la bruja - si alguna vez te engaña seréis muy desgraciados. Ya ves, que tendrá que ver una cosa con otra...

Y así ocurrió. Ya saben ustedes lo picaflor que son algunos príncipes y no les digo nada cuando luego crecen. Así se escribe la historia y no sé si se seguirá escribiendo porque, la verdad, yo me quedé en Alfonso XIII.

Esta aria de Rusalka es actualmente mi preferida. La Netrebko está fabulosa. Ha de hacerse notar el ayudado por bajo, tan juguetón, que le hace Anna al director para que pase, y las palmaditas que le da al final, nada de cepillarle la espalda como se hace ahora. Finalmente le vuelve a dar dos besos porque así es esta rusa de generosa.

Una delicia´esta "Canción a la luna", interpretada por Anna en el Teatro del Bosque de Berlín, luna a la que Rusalka suplica que le busque a su amado. Y eso, con lo mal que luego quedaría todo pero ¡qué bonito es el amor sobre todo mediando septiembre!


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