domingo, 8 de septiembre de 2019







ME EMBORRACHÉ DE COLORES


(Si estará bien la fotografía que parece una pintura ¿o es al revés?)

                                 


Parece ser que mi papá se dio cuenta ayer, de que le anduve enredando en su caja de pinturas. Y yo me pregunto ¿cómo se habrá enterado? porque mira que lo hice con cuidado. Habrá sido algún chivato.

Por cierto, yo creo que me emborraché de colores, poco a poco, casi sin darme cuenta. Un poquito de rojo, una pizca de magenta, también amarillo, un restregón de naranja, unos churretes de azul cielo y... cuando me miré en el espejo, sentí que no llegaba con los pies al suelo.

Aunque ahora me pregunto... ¿pero se puede una emborrachar de colores, tanto, tanto... que no puedes parar? Debe ser como se emborrachan los mayores bebiéndose todos esos licores.

Me ha dicho mi abuelo que sí, que las personas sensibles pueden emborracharse de pinturas, música, baladas y canciones, o de poemas, incluso de algo que leyeron en un libro aunque fuesen tres renglones.

Pero también me dijo, pero eso no lo entendí, de ver a una nieta dormida, y hasta de un encuentro y de un abrazo de despedida.


La canción como una de esas pistolas. Un nueve largo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario