sábado, 14 de septiembre de 2019

UN PARAGUAS ROJO SIN LLUVIA
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- Cómo me gusta que me beses bajo un paraguas.
- ¿Aunque no llueva? - le preguntó él.
- Aunque no llueva, pero si llueve… mejor - respondiole ella.
- Pues a mí lo que me gusta es esa forma en la que te abandonas cuando te abrazo.
- ¿Aunque no llueva? - le preguntó ella.
- Aunque no llueva, pero si llueve… mejor - le contestó él.
- ¿Y eso por qué?


- Pues porque me encantan los paraguas, como también esos días con tonos cacerola y esa grisalla repintando los días nublados y con lluvias aunque no lluevan.
- ¿Cómo qué con lluvias aunque no lluevan?
- Pues porque me gusta tanto la lluvia, que me gustan también las que no llueven ¿pasa algo? - le dijo él levantándole la barbilla - pero más si llueven, como también me ha gustado el despertar de esta mañana, la brisa que entraba por la ventana y ese perfil caribeño que tenías bajo las sábanas.
- Pero si no me lo viste.
- Pero lo sentí.
- ¿El perfil?
- Claro.
- ¿Y te gustó?
- Me encantó.
- ¿Aunque no lloviera…? - le dijo ella.


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