jueves, 12 de septiembre de 2019

ME HICISTE CANTAR, AUNQUE QUIZÁS FUE SIN QUERER

.
Dicen los que saben del amor, que nunca habrá un lugar con mayor carga emotiva que una estación de trenes tras una despedida, con sus andenes mojados por una lluvia repentina.

Una estación de trenes donde una mujer elegante, hasta la obscenidad, espera. De pronto el tren que grita, el pitido de ese tren que anuncia la partida, y él que no vendrá.

Y no vendrá porque lejos de allí, en su pequeña barca, cruza la bahía sin dejar de decirse... Aquí me tienes cantando aunque las noticias no hayan sido buenas, aquí me tienes cantando la única canción que por ti conocí.

Desde el acantilado me tienes pensando en aquella tarde que fuimos a dar un paseo en bici y ellas, abrazadas, se dijeron más cosas que las que nos dijimos nosotros, sentados en aquel banco.

Pero aquí me tienes deseando no haberte conocido jamás... porque se trata de empezar de nuevo, porque no habrá nunca nada más bello en mi pensamiento que aquella vez en que, sin yo saberlo, ya te me habías colado dentro.



No hay comentarios:

Publicar un comentario