miércoles, 28 de octubre de 2015



EL SÍNDROME DE STENDHAL O LA LÁGRIMA QUE SE ESCAPA 


Fue una psiquiatra italiana quien, sobre 1980, calificó las reacciones que muchos turistas tenían en su visita a Florencia, como síndrome de Stendhal. Los síntomas de este síndrome se caracterizaban por un elevado ritmo cardíaco, vértigo, confusión, depresiones e incluso alucinaciones, ante tanta belleza desparramada por la ciudad. 

Y como lo que ocurre... está pasando, no seré yo quien diga que me pueda parecer exagerado. Sin embargo, cabe hacerse una pregunta:

¿A nadie le pasó estar a punto de llorar o incluso hacerlo ante una música que os pareció no bonita sino sublime, bellísima?

Entonces es cuando te das cuenta de que, en ese momento, no puede existir nada más bello. Es por eso que te viene esa sensación de apreciar tanto la belleza pero mezclada, además, con una leve desazón o reparadora tristeza que, digo yo, quizás sea eso lo que haga escapar alguna lágrima.

Naturalmente, me voy a referir ahora a una composición musical, la compuesta por Ennio Morricone y, también, a la interpretación que de ella hace Vicente Fernández Martínez con su maravilloso oboe. De verdad, de verdad, que es para quitarse el sombrero, incluso si aún no los hubieran inventado.

Para terminar, no dejen de reparar en su compañera, la que lleva gafas y una bandana rosa en el cuello pues, a pesar de que ya debe estar curtida en este tipo de situaciones, hace verdaderos esfuerzos para que no se le escape esa lágrima.




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