miércoles, 28 de octubre de 2015



NOTICIAS DEL CAFÉ DE ZHIVAGO

El otro día, a hora muy temprana y como consecuencia del incumplimiento de una norma, aunque no escrita del Café, hubo de llamarse al servicio de seguridad para que desalojase a un cliente que tuvo el cuajo y la desfachatez de ponerse a darle al dedito como un descosido, mandando el fluir de la conversación al mismo sitio de siempre.

Personado en el salón un miembro del mencionado servicio, procedió a coger al infractor de la parte posterior del cuello de la camisa, y con la otra mano del fondillo de los pantalones, para hacerle la llamada "Carrera del Señorito" acompañándolo por unos instantes para luego tratar de soltarlo, por una pendiente que hay por aquí cerca, muy parecida a la del Recinto.



Pero carrera que no llegó a llevarse a cabo por mostrar el cliente un súbito arrepentimiento, y asegurarnos que fue sólo un momento incontrolado de enajenación.

Aceptadas sus disculpas, todo quedó en una pequeña anécdota. Por lo cual se le volvió a servir una taza de café bien caliente, por estar el anterior ya frío, así como una generosa y crujiente ración de churritos recién hechos.

Y ahora, un poco de música, que aunque no todo van a ser prohibiciones, si vienen mejor unas conversaciones y si se está solo... meditaciones. Como ésta.




  

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